Esto significa que la capacidad disponible sigue limitada y, al combinarse con un volumen creciente de mercancía y congestión portuaria en Asia, es probable que los aumentos previstos para junio y julio se mantengan firmes. Sin embargo, Levine advirtió que hacia mediados de julio las tarifas podrían comenzar a estabilizarse si la demanda baja, la congestión disminuye y regresa más capacidad a la ruta.

Por su parte, los puertos de EE.UU. están tomando precauciones. “Se están aplicando lecciones aprendidas durante la pandemia para evitar cuellos de botella ante la avalancha de contenedores que se aproxima”, indicó Levine.

En mayo, con aranceles del 145% aún vigentes para productos chinos, la National Retail Federation (NRF) proyectaba una fuerte caída en las importaciones oceánicas hacia EE.UU. y una estabilización hasta octubre. Pero la realidad ha cambiado. La NRF ahora prevé un repunte en junio, con un pico en julio, antes de que nuevos aumentos arancelarios afecten nuevamente la demanda en septiembre.

Las proyecciones actuales estiman que el volumen de julio será un 9% menor al de agosto de 2023 y un 4% inferior al de abril de este año, lo que sugiere que muchos importadores ya adelantaron sus envíos, generando un pico anticipado menos intenso de lo esperado.

En este contexto, Levine señaló que “aunque se logren acuerdos comerciales antes de las fechas límite, el hecho de que ya se hayan adelantado los envíos puede implicar una caída en la demanda marítima y en las tarifas durante el tercer y cuarto trimestre”.

Las negociaciones entre la Casa Blanca y socios como China y la Unión Europea continúan, pese a retrocesos recientes. Una corte de apelaciones podría decidir esta semana si mantiene suspendidos ciertos aranceles que fueron anulados a fines de mayo. Pero incluso con una eventual desescalada, el mercado ya podría estar adelantado a los cambios.

El auge de la demanda en la ruta transpacífica también está teniendo efectos colaterales. Las tarifas Asia-Mediterráneo subieron un 32% la semana pasada, situándose en US$4.285/FEU y superando los US$4.800 esta semana. “Muchas navieras están trasladando capacidad desde otras rutas, como Latinoamérica o Asia-Europa, hacia el Pacífico para aprovechar la demanda”, dijo Levine.

¿Y en el aéreo?

En cuanto al transporte aéreo, el juicio en EE.UU. que busca revertir la suspensión del régimen de minimis para China —clave para el e-commerce B2C— podría tener consecuencias importantes si la corte acelera el proceso y permite nuevamente el beneficio. Esto podría reactivar parte del volumen perdido en la carga aérea.

A pesar de la restricción, la demanda de carga general está repuntando desde el 12 de mayo gracias a la reducción temporal de aranceles a China. Muchos embarcadores están migrando parte de sus envíos del mar al aire, en un intento por ganarle al reloj arancelario de agosto. Aun así, el Freightos Air Index ha permanecido relativamente estable en torno a los S$5,25/kg.

“La capacidad de aviones cargueros entre China y EE.UU. cayó un 40% en mayo respecto al año anterior, ya que muchas aeronaves se reasignaron a rutas como LATAM, Medio Oriente o intra-Asia. Pero con la demanda creciendo en el mercado spot, podríamos ver que esta capacidad regrese y esté disponible para embarcadores de carga general”, concluyó Judah Levine.

Noticias NCSITA.